Para ser y estar siempre elegantes lo primero es conocernos a nosotros mismos. Si existe un secreto de la elegancia ese secreto es el autoconocimiento. Conocernos nos ayuda a distinguir entre lo adecuado y lo excesivo o innecesario, para encontrar así la belleza en nuestro cuerpo, en la ropa que usamos o en los objetos que nos rodean.
En cuanto a ropa, debes saber
que la elegancia no está vinculada al dinero y que menos
es más, no uses demasiados accesorios ni muchos estampados
juntos. Elige cada
prenda con cuidado y detalle. También ten en cuenta el maquillaje, nunca te
excedas con él, recuerda que el mejor maquillaje es aquel que destaca nuestros rasgos aumentando nuestra
belleza, sin sobrecargar nada.
Pero por supuesto que la
ropa no es lo que evidencia si somos o no elegantes, la
elegancia única y
verdadera está en la mente.
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